Nunca te di explicaciones ni tu me las pedías, nunca te di la importancia que merecías,
nunca estuve segura de nada, nunca me puse en tu lugar. Fuí egoísta y solo pensé en mí, en lo que yo quería, en lo que era mejor para mí
y no me paré a pensar en lo que tu querías o en lo que era mejor para tí. No tenía nada claro, estaba confusa y quizás me precipité.
Luego pudimos tener una segunda oportunidad pero las cosas no fueron como yo quisiera que fueran y tú no parecías ser el mismo,
parecías otro pero yo sabía que las apariencias engañan y que siempre ibas a ser ese que a mí me gustaba, ese que me hacía reír, ese que me esperó,
ese que no tiraba la toalla...
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